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MUJERES EN LA
CORDILLERA
Tras generación en generación las
mujeres suben a la cordillera para acompañar a sus animales en
búsqueda de un alimento sustentable o para estar junto a su
familia. Marina González cada año sube a vivir por tres
meses en la cordillera El Bosque, de Río Hurtado. Ella junto a
sus 170 animales de ganado mayor y menor hoy forma parte de las
verandas chilenas.
Francisco Rojas Seremi de Agricultura
destacó el rol de las mujeres en las alturas “la mujer rural es
muy importante para la agricultura en su aspecto productivo y cultural.
Es importante destacar la valentía de la mujer en la cordillera
y su rol de apoyo permanente para tener la familia unida. Debemos
destacar el trabo productivo que tiene la mujer relacionado con la
ganadería caprina y la producción del queso “.
A través de su presencia
constante en las
veranadas, el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) conoce el rol
que juega la mujer en las veranadas. Al respecto, el Director Regional
del SAG, Jorge Fernández, señaló que
“históricamente los crianceros que suben a las veranadas entre
diciembre y marzo, van acompañados de su familia, y eso incluye
a su mujer, en caso que tenga y a sus hijos. Lo que nosotros hemos
observado a través de los años, fundamentalmente el rol
de la mujer en la majada o en la postura en la cordillera, tiene
relación con la elaboración del queso y obviamente de la
mantención del hogar que ellos establecen en esos parajes.
“Es tremendamente fuerte la
presencia de
la mujer en términos de que deben tener una producción de
quesos que les asegure un ingreso económico que sea sustentable
durante el año” agregó el Director Regionall del SAG.
Marina González desde la
comunidad del
Chacay, hace 30 años sigue la tradición de su madre
desde las alturas cuenta su vida “yo paso bien, me hace bien la
cordillera porque estoy acostumbrada a ella. Me gusta cuando ando sola
porque uno está acostumbrado a lo de
uno. Hago un queso y medio
que después vendo a $3.700 el kilo”.
Agradeciendo la ayuda recibida por INDAP en el
bono, destaca que siempre es una ayuda a para pagar el talaje, ya
que, con su producción de queso no es suficiente
Un estilo de vida trabajo que le ha
permitido
criar a su hijo “cuando empecé a criar animales mi hijo
tenía dos meses, con las cabras le di estudios todo a mi hijo”.
Hoy su hijo trabaja en el norte y en sus descansos viaja hasta la
majada para estar con su madre.
Con el dinero recaudado en la
temporada,
Marina durante el año compra forraje, pasto para sus animales
con la finalidad de poder continuar produciendo la leche y queso de sus
cabras en los meses que no vive en la cordillera.
En las majadas no sólo se ven
crianceras,
sino que, también mujeres que suben a la cordillera por un
periodo determinado a acompañar a sus parejas, apoyando en la
elaboración del queso. Como también aquellos hombres que
se dedican a enviar lo recaudado, al campo y a la ciudad donde se
encentra su familia.
Un estilo de vida que ha traspasado de
generación en generación que a permitido a los
largo de los años ver crecer una familia con altos y bajos pero
al lado de sus animales y las bondades que entrega la naturaleza.
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En el Limarí la
gente escucha lo que le gusta... Alegre y Caribe Fm.
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